Nadie debería elegir a quien quiere más si a papá o a mamá, pero a veces no nos queda más remedio.
Algo parecido sucede cuando nos preguntan si preferimos seguridad o privacidad. ¡Queremos las dos!
Las nuevas realidades tecnológicas nos desafían y nos enfrentan a debates jurídicos y morales cada vez más complejos. ¿Pero, no ha sucedido ya antes? ¿Estamos dispuesto a ceder nuestros datos para evitar atentados? ¿Vale la la pena proteger nuestra intimidad si con ello corremos el riesgo de perjudicar a la sociedad?
Pasen y disfruten de otra apasionante entrega de El futuro era mejor.