Un nuevo relato de Silvia Shujer en el que vemos la cara opuesta de una misma moneda, e incluso aprendemos que lo bueno y lo malo van siempre de la mano. Que para apreciar el perfume hay que oler la peste y que la alegría y la tristeza se solapan en la vida como parte de una misma piel. Porque así asímismo es la vida.