Cuando estás plantado en el suelo, es oscuro, es solitario, es difícil. Y muchas veces tú le preguntas a Dios ¿Por qué? ¿Por qué si te estoy obedeciendo? ¿Por qué me sigue pasando lo mismo con nombre diferente? Y la respuesta de Dios es: porque no quiero que seas una planta de maceta, quiero que seas como un árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.