Deuteronomio 3:22.
Dios es soberano por lo tanto no hay nada ni nadie por encima de Él, si tu estás batallando contra algún poder o autoridad que intenta destruir tu vida, tu hogar y tu descendencia o intenta destruir tu propósito y destino e introduces a Dios en tu batalla, no hay manera que esa batalla no sea ganada.
En todas las batallas que libró el pueblo de Israel, antes de ir a la guerra los reyes de Israel consultaban a YHWH para poder obtener una victoria anticipada, por ejemplo en el libro de 2 Crónicas 32 el rey Ezequías estaba rodeado por el ejército de Siria, Senaquerib había venido a destruir al pueblo de Dios; En medio del temor del pueblo el rey Ezequías tenía que darle una palabra al pueblo, observe 2 Crónicas 32:7-8, Ezequías se para delante del pueblo y le dice: “Esforzaos y animaos; no temáis, ni tengáis miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud que con él viene; porque más hay con nosotros que con él. Con él está el brazo de carne, mas con nosotros está Jehová nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequías rey de Judá”.
Eso es exactamente lo que tu vienes a hacer hoy en esta iglesia, vienes a oír palabra de Dios, por lo tanto yo me paro con la autoridad que el Señor me ha dado y levanto mi voz para decirte “No importa el tamaño de tu enemigo… Dios está contigo, Dios pelea por ti, ten confianza Dios peleará tus batallas”. Dos principios fundamentales:
En Nehemías 4:20 Dios nos revela tres elementos fundamentales para ganar las batallas ya que resulta paradójico que la mayoría de soldados de este ejército poderoso llamado Iglesia, están cautivos y son rehenes del diablo. Las armas de Satanás no son poderosas, pero lo que tiene lo usa con astucia en contra de los hijos de Dios, que caen en la red con las golosinas que le brinda Satanás. Entre ellas están: La pereza, la desidia, las excusas, el sueño, la diversión, el cansancio, el aburrimiento, la desganés, la indiferencia, la ignorancia, la necedad, la falta de sabiduría, la duda, la ingenuidad, la falta de identidad, los deseos de la carne, la vanagloria de la vida.
Hoy estás en el lugar, en el territorio donde Dios nos ha convocado, hoy escuchamos el sonido de la trompeta y nos hemos reunido, y dice la palabra de Dios “Nuestro Dios peleará peleará por nosotros: Coloca cada una de tus batallas, coloca a tus enemigos delante de YHWH de los ejércitos, Dios prepara Su ejército, el ejército de los cielos y va delante de nosotros y levanta tu voz, levanta tu espada, la Palabra de Dios y declara con voz al cuello el Salmo 83:9-18, Salmo 35:1-10.