El 30 de marzo de 1973, el científico Kurt W. Riegel alertaba en la revista Science sobre cómo la contaminación lumínica se estaba convirtiendo en una amenaza para la astronomía: "Está dañando algunos programas astronómicos y es probable que se convierta en un factor importante que limite el progreso en la próxima década. Es muy difícil encontrar sitios adecuados en EEUU para nuevas instalaciones de observación del cielo oscuro", adelantaba el astrónomo de la Universidad Johns Hopkins.