La pregunta de hoy es ¿Qué puede ser más gratificante, más reconfortante, que saber que tu testimonio trae alegría al corazón de Dios en un mundo de tristeza? Quítate esa imagen de Dios diciendo: “Ufff ya era hora de que te des cuenta”. Cada vez que revelamos su amor, todo el cielo canta. Imagina esta escena. Como resultado de tu testimonio, algún hombre, mujer o niño y niña acepta a Jesús como su Salvador personal. Jesús se regocija. Todo el cielo estalla en una canción entusiasta, y nuestro poderoso Salvador se regocija cantando por esa persona.