De nuevo un fin de semana de Fórmula 1 más que entretenido, aunque sin la emoción del principio de temporada. Verstappen hizo una gran carrera y se llevó la victoria en un Gran Premio con muchos adelantamientos y buenas maniobras que, por momentos, recordó un poco al final de Abu Dhabi del año pasado y donde, lamentablemente, Ferrari hizo el ridículo. Los chicos del Podcast Técnica Fórmula 1 nos hablan, en este primer episodio de la semana, de lo que le falta a la máxima competición ahora mismo, analizando un Gran Premio que dio mucho que hablar.

Las cosas se van aclarando de cara al final de temporada.

Si en el Gran Premio de Bélgica Red Bull pareció inalcanzable, en Zandvoort, en algún momento del fin de semana, pareció flaquear. Pero en la carrera todo cambió, mostrando una imagen inalcanzable para sus más directos competidores.

En Mercedes, de nuevo, volvieron a sacar la cabeza en los peores momentos y colocaron a uno de sus pilotos en el podio (y el otro estuvo a punto de ganar la carrera, aunque la suerte no le sonrió). Aunque no cuentan, ni de lejos, con el mejor coche, el trabajo en equipo de unos campeones se muestra en los resultados.

Por su parte, en Ferrari, si somos sinceros, hay que decir que hicieron el ridículo más espantoso. Y sólo la suerte de Leclerc al final de la carrera maquilló un poco el resultado, subiéndose al podio. A Sainz su equipo le destruyó la carrera no una sino dos veces, llegando a pararle sin tener las gomas listas. Lo dicho, vergonzoso para un equipo como Ferrari, que, por otra parte, la semana próxima corre en casa. Visto lo visto, no pueden escudarse ni siquiera en que les haya afectado la normativa anti-porpoising.

Una carrera y muchas estrategias.

La carrera comenzó para los tres primeros, Verstappen, Leclerc y Sainz, con blandos. Y otra vez salida regular de los Ferrari a los que parece que el embrague no les va todo lo bien que debería. De hecho, Hamilton estuvo a punto de robarle la posición a Sainz, y eso que el británico montaba medios. El ritmo de ambos Ferrari, está claro, no fue bueno en las primeras vueltas.

Las primeras paradas, para los que montaban blandos, llegaron en la vuelta 12, pues este compuesto duró mucho menos de lo esperado. Alonso, que había pasado a los dos AlphaTauri en las 10 primeras vueltas, paró en la vuelta 13 para montar duros, que parece que fue la elección correcta y fue algo bien vigilado por Mercedes, que salía en ambos coches con medios.

En la vuelta 15 llegó uno de los momentos más vergonzosos de la carrera: Ferrari hace parar a Sainz sin tener una de las gomas traseras preparadas. El resultado fue que la parada duró 12,7 segundos, lo que destruyó su carrera (además de una de las pistolas, mal colocada, que fue pisada por el coche de Pérez y que pudo causar un pinchazo en el Red Bull).

Leclerc, a 5 segundos de Verstappen, paró en la vuelta 18 y el holandés lo hizo, con mucha tranquilidad, en la siguiente vuelta. En esa vuelta paraba Ocon, y montaba duros. La estrategia de los Alpine, está claro, era a una sola parada.

En la vuelta 21 Hamilton era líder, sin haber parado y pensando en hacer una parada. Pero Verstappen venía muy rápido y en la vuelta 28 tras haber parado, adelantaba a Russell por la segunda posición. Y entonces se oía al muro de Ferrari pedir a sus pilotos que aguantaran las gomas toda la carera, demostrando que su estrategia no existía.

Comienzan los incidentes de carrera.

En la vuelta 45 comenzaron los problemas de Tsunoda que obligaron a que saliera un coche de seguridad en la vuelta 48. Entonces todos aprovecharon para parar y cambiar gomas. Y en la vuelta 56 era Bottas quien se quedaba parado en la recta de meta.

Aquí comienzan las similitudes con Abu Dhabi: dirección de carrera tarda mucho en reaccionar. El coche de seguridad tarda mucho en salir y se generan situaciones muy peligrosas, como el adelantamiento de Sainz a Ocon.

Ya con el coche de seguridad en pista, todos aprovechan a parar y Verstappen monta blandos