Fácil decirlo, no tan fácil hacerlo. Jesús nos llamó a amar a los demás de la misma forma que Él nos amó a nosotros: incondicionalmente. Pero, ¿de dónde puedes sacar fuerzas para hacerlo cuando las otras personas no se lo merecen? Sé inspirado por las Escrituras a vivir cómo Jesús lo hizo.