Te lo juro por mi madre.
Te lo juro por Diosito lindo.
Por lo más sagrado del mundo.
Que me caiga un rayo en la cabeza si lo que te digo no es verdad. (Efecto
sonido de un gran trueno)
Parece que esta costumbre de los pueblos es meramente eso …una
costumbre de enseñanzas ancestrales recibidas.
O quizá solo son muletillas de comunicación que se pronuncian por la
idiosincrasia de los pueblos.
Tal vez es la necesidad de que se le crea a una persona su argumento.
Quizá es una enseñanza bíblica a medias… y esto tiene también gran
sentido.
En el Sermón del Monte Jesús hace referencia una vez más a uno de los
mandamientos que tiene base en el decálogo, esta vez es el 3ro y que
posteriormente en Levítico 19:12 y aún lo lleva a otra extensión más grande.
Una vez más Jesús a sus discípulos y congregantes del Monte les sube los
estándares de la excelencia.
Esta enseñanza tiene como objetivo que los oyentes sean personas veraces,
tan veraces que solo su palabra baste sin necesidad de poner otras garantías
de por medio.
33 Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino
cumplirás al Señor tus juramentos.
34 Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque
es el trono de Dios;
35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén,
porque es la ciudad del gran Rey.
36 Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un
solo cabello.
37 Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto,
de mal procede.
Mateo 5:33-37

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