Estamos viviendo una etapa como Iglesia de Cristo en la que tantas cosas a nuestro alrededor pueden hacer que nos cansemos y humanamente hayamos pensado en dejarlo todo. (El desánimo es una de las armas más poderosas que ha estado utilizando nuestro enemigo en los últimos años) En mi opinión muy particular, hemos estado viviendo tan atados a las cosas de este mundo, que apenas y vemos las cosas espirituales. Aún estamos en este mundo, aún no hemos alcanzado la estatura de Cristo (estamos en ese proceso) pero debemos pensar y vivir con una actitud diferente que nos lleve a experimentar completo gozo en Cristo, aun a pesar de todo….

El mismo apóstol Pablo, después de llevar muchos años buscando al Señor y haciendo su obra con una sorprendente obediencia y pasión, no considera haber alcanzado la meta o la madurez suficiente. Más que una medida por alcanzar, creo que Pablo nos está mostrando una actitud de vida.

Recordemos cuando el apóstol Pablo se encontraba preso en la cárcel de Filipos con Silas, según Hechos 16:25 "Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios, y los presos los oían", lo que ellos hicieron fue adorar a Dios, no murmuraron, ni se quejaron y tampoco pensaron en renunciar. Su actitud fue diferente, fue una actitud de vencedores.

También, usando a otro hombre de Dios como ejemplo, tenemos a Moisés y una gran virtud que vemos en él fue su perseverancia, pues durante los cuarenta años de camino por el desierto, nunca pensó en volver a Egipto, nunca pensó en volver atrás. Moisés nunca expresó: “volvámonos a la esclavitud, pues éste camino por el desierto es muy duro”; en los momentos más difíciles lo que hizo fue buscar a Dios, ésa fue su fortaleza, él era un adorador, un apasionado por la presencia de Dios. A pesar de los obstáculos él seguía hacia la meta trazada por Dios. Para poder vivir con esta actitud deberíamos cumplir con los siguientes tres puntos.

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