Fin de semana de motor memorable. En este primer episodio de la semana, los chicos del Podcast Técnica Fórmula 1 analizan las claves de un fin de semana que fue bueno por varias razones: por la cantidad y por la calidad. Final aburrido y, a la vez, con polémica. El fin de semana en Monza, casa de Ferrari, fue muy bueno, con pole de la Scuderia y gran carrera hasta el final, a pesar de que la FIA nos robó un final de infarto por un coche de seguridad que se alargó y con el que terminó el Gran Premio, sin dejarnos ver la lucha final por la victoria entre Verstappen y Leclerc. Y entre Sainz y Russell por el podio. Lo peor de todo es que la FIA ha dejado claro que esta va a ser la tónica: si hay un coche de seguridad, con él se acabará la carrera. En momentos así echamos de menos a Masi, pues ya lo dice el refrán: “Otro vendrá que bueno te hará”. El caso es que lo mismo había ocurrido en la F2 y en la F3. Quizás debieran aprender de lo que se hace en la Indy para favorecer el espectáculo cuando se dan estas situaciones. Y, si hubiera que comentar tan sólo una cosa más de lo mucho que ofreció Monza el domingo, sería el trabajo de De Vries, sustituyendo a Albon que causaba baja por apendicitis. El piloto logró 2 puntos, mete a Latifi en el puesto 21 de una clasificación de 20 pilotos y evidencia la mejoría de Williams. Eso sí, acabó totalmente agotado e incluso lo tuvieron que sacar los mecánicos del monoplaza: se ha ganado un buen descanso. Penalizaciones y espectáculo. La carrera empezó con una parrilla muy mezclada, debido a las penalizaciones por cambios en las unidades de potencia. Concretamente, Verstappen y Sainz salían fuera de posición. Leclerc, que salía en Pole, aguantó a duras penas a Russell. Mientras Verstappen, que salía 7º, estaba en podio en la tercera vuelta. Y Sainz también remontaba con solvencia y con unos excelentes adelatnamientos: en alguna ocasión hacía su vuelta rápida a la vez que adelantaba. Sea como fuere, en la vuelta 7 Verstappen estaba ya a 2 segundos de Leclerc. En la vuelta 8 Pérez hacía una parada temprana, por problemas en los frenos, y continuaba. Y en la vuelta 12 se daba uno de los momentos, quizá, clave de la carrera. Vettel se quedó parado y salió un VSC. Ferrari aprovechó para parar a Leclerc, dejando pasar a Verstappen, que no le había pasado en pista. ¿Fue esa la clave de la victoria de Verstappen? ¿O hubiera podido en pista con Leclerc? El holandés, que había salido con blandos, no paró hasta la vuelta 25, dejando líder a Leclerc, pero recortándole vuelta tras vuelta por contar con gomas más frescas. En la vuelta 31 paró Sainz (por fin disfrutó de una buena parada), y en la 32 vino el abandono de Alonso. Dos giros más tarde, paró Leclerc de nuevo, sin que Verstappen hubiera llegado a él. Montó blandos. Sin embargo, aún con gomas nuevas, no se veía que hubiera posibilidad de que el monegasco alcanzara al de Red Bull. Aún hubo dos abandonos más, el de Stroll en la vuelta 41 y la parada de Ricciardo, en la vuelta 47, que provocó el Safety Car con el que concluiría la carrera: todos los coches de cabeza pararon a montar blandos: nuevos para Verstappen y usados para Leclerc. Y detrás, agrupándose gracias a la situación, usados para Russell y nuevos para Sainz, que venía recortando y con ganas en vueltas anteriores y que hubiera tenido alguna posibilidad de subir al podio si la carrera hubiera durado 3 vueltas más - sin Safety Car. Así queda el Mundial. Aquí hay que empezar por mencionar al piloto del día, bien merecido, que fue De Vries. Y, como no, a Russell, que volvió a subirse al podio y que está haciendo una temporada muy fuerte y consistente. La carrera, como decimos, se la llevó Verstappen, seguido de Leclerc y Russell. Sainz fue 4º, seguido de Hamilton, Pérez, Norris, Gasly, De Vries y Zhou. Eso deja el Mundial casi sentenciado a favor de Verstappen y Red Bull. El holandés cuenta con 335 puntos, 116 más que Leclerc (219). Tras ellos, Pérez (210), Russell (203), Sainz (187