No debemos perder nunca nuestro objetivo como cristianos. Isaías 61 dice: “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre ti, porque te ungió Jehová; te ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos y a los presos apertura de la cárcel.” Limitarnos a cumplir los mandamientos nos pone en una jaula religiosa, en un ambiente artificial de confort y seguridad, como animales de un zoológico. Ahora es tiempo de abrir las jaulas y recordar a los animales los instintos y capacidades que Dios puso en ellos. Fuimos llamados a ser una contra-cultura y la sal del mundo. Debemos dejar de crear refugios del miedo, donde la gente se esconda. En lugar de mantener en jaulas a cristianos temerosos y domesticados, debemos comenzar a desarrollar guerreros audaces que salgan a la selva a predicar.