Desde un avistamiento en 1986 en el cielo de Alaska por parte de los pilotos de una aerolínea japonesa, hasta un nuevo fenómeno aéreo no identificado en 1997 sobre Phoenix, Arizona, pasando por un platillo volante sobre el aeropuerto O'Hare de Chicago en 2008, cientos de personas dan un paso al frente sin ningún tipo de respuesta oficial por parte del gobierno de Estados Unidos. Años después, muchos de los pilotos y autoridades gubernamentales que fueron testigos de estos hallazgos se reunieron por primera vez para compartir su historia en una conferencia de prensa en 2007