La mayor parte de la gente vivimos vidas normales. Vidas rutinarias que nos funden con la masa en este océano de mediocridad que llamamos existencia. Pero, de vez en cuando, surgen personas especiales que destacan entre la multitud. Personas que hacer subir cejas y descolgar mandíbulas. Personas que son un faro, un referente al que mirar y poder decir "Seguro que si eso lo hago yo acabo en la cárcel y a este c*brón le están sacando a hombros. ¡¿Cómo lo ha hecho?!". Y es que las personas que viven vidas ejemplares no necesariamente tienen que ser buenos ejemplos. Salvo ser un ejemplo, en todo caso, de que echarle morro a la vida y actuar como si el mundo te perteneciese es la receta más segura para conseguir un hueco en los libros de historia. En este primer episodio de lo que, esperamos, sea una saga de podcasts que iremos actualizando cada vez que nos quedemos sin ideas, repasamos la vida y obra de cuatro personajes que nos dejaron anonadados con sus andanzas. Un rey que vivió una vida dedicada a la sosería, pensamos que acumulando molaridad, para acabar su último año de vida siendo el primer monarca de un imperio que hacía guerras de caca. Un ladrón que perpetró el robo más cutre de la historia del país gracias a tener la cara más dura que el adamantium lo que, por supuesto, le granjeo fama y simpatía en este cáliz de culturas, crisol de civilizaciones que llamamos España. Aquí esas cosas se respetan, copón ya. Un gigante que podía, y de hecho lo hacía con frecuencia, aplastar cabezas con sus manos y, curiosamente, es el único que se podría considerar una buena persona de los que vamos a hablar hoy. Y, por último pero no menos importante, el que podríamos considerar el animal espiritual de Trump. Cada vez que el actual presidente americano tiene una duda de estado seguro que encuentra consuelo y orientación mirando a la lontananza y preguntándose... "¿Qué haría Jesús Gil en esta situación?". Disfruten de este programa en el que, oh sorpresa, nos hemos documentado. Flipen junto con nosotros con las vidas de estos cuatro jinetes del Apocalipsis Cutre (¡Caca, Hurto, Borrachera y Corrupción!) y no se olviden de pasar por los comentarios para comprobar cuántos oyentes no han entendido la ironía del título. .