Estamos en 1824, y hace ya ocho años que Beethoven ha hecho su última aparición pública en un concierto con obras suyas. Se ha ido distanciando de la sociedad vienesa, porque tiene que ocuparse de la educación de su sobrino Karl. Además, se ha centrado en la composición de obras para piano, algunas de las que doscientos años más tarde consideramos de gran valor, aunque sean el resultado de un trabajo esporádico. Entre estas obras encontramos la Sonata ‘Hammerklavier’, las tres últimas Sonatas, o las Variaciones ‘Diabelli’. Sin embargo, desde 1822 Beethoven ha vuelto a la composición orquestal con dos grandes proyectos: la monumental Missa Solemnis, y la Novena Sinfonía.
Una composición audaz que Beethoven ideó en su juventud
La Novena Sinfonía había sido encargada por la Sociedad Filarmónica de Londres en 1817, pero Beethoven decidió pos