Después de un mes de mucho trabajo y sufrir unas cuantas enfermedades fácilmente curables en el primer mundo nos hemos dado cuenta que debíamos, ¡DEBÍAMOS!, volver al ruedo quejándonos de cosas por las cuales, en otras partes del mundo, ponen ofrendas de agradecimiento a la deidad de la aldea. No es que reciclemos temáticas (no, que va) es que todavía nos quedaba mucha indignación de la última vez. ¡¿Por qué privar al mundo de nuestros patéticos lamentos?! Los habituales Kade, Valdu y Laura cuentan esta vez con la presencia del misterioso Topo, aspirante a becario del podcast. ¿Se puede caer más bajo? (La respuesta es: NO)