Conversar: una apuesta deliberada a estar con les otres, a salirnos de la agenda y trazar otro tiempo posible. Conversar sin la promesa del entendimiento, o más bien con la certeza del malentendido, del desacuerdo, del tropiezo. Conversar como quien se expone al error confiando en la potencia creativa del tartamudeo. Conversar para no cristalizar sentidos, para no pensar por les otres. Si el feminismo es un lugar incómodo y a la vez deseante, rebelde, festivo, conversar tal vez sea el más feminista de los gestos. Somos Leila Mesyngier y Julieta Greco. Y esto es El deseo de...